El entusiasmo por la noticia, incluso por la idea de que nos la manden a casa y no tener que cargar con ella en transporte público y para más inri poder elegir distintos tipos de cesta, contrasta con la decepción una vez llegados a la página de elección de cesta.
¿Dónde está el turrón?, preguntaban unos, ¿y la paletilla?, preguntaban otros…., escasez de productos en tamaños reducidos, cual muestras de regalo de promoción. Vamos a ver la de niños…., que igual al peque o la peque le hace ilusión, y nos quedamos con cara de bobos viendo una mochila de plástico y unos rotuladores, digna de la tienda de chinos de la esquina.
La poca vergüenza de esta empresa no tiene límites, aun teniendo pérdidas ganamos ante un juzgado nuestra cesta de Navidad, esa que nos quitaron durante varios años, y ahora que tenemos ganancias considerables, la reducen de tal manera que resulta ridícula.
Y nos preguntamos, ¿cuál ha sido el precio de los envíos a domicilio?, ¿es posible que sean tan altos que hagan que la cesta se reduzca tanto? ¿Qué interés tiene la empresa en elegir este proveedor?
Contrastado, hemos visto cestas mucho mejores a precios (según nos ha informado la empresa) similares. En cualquier caso, pretender gastarse lo mismo en una cesta de Navidad en 2018 que en el 2011 implica esto. Los precios suben, como el de la luz, el gas y todas las necesidades básicas y a día de hoy, si quieres pagar lo mismo de gas que hace casi 10 años, no pones la calefacción en casa, pues con la cesta lo mismo, este año mini-cesta.
Sr. Martin Javier Aranda hay que subir el importe de la cesta en relación a los costes actuales y no hacer gastos extras de envío que reduzcan su calidad y contenido.